viernes, 26 de octubre de 2012

UN SERMON PARA REFLEXIONAR


LA ACTITUD DE JESÚS HACIA LOS NIÑOS

Y le presentaban niños para que los tocase; y los discípulos reprendían a los que los presentaban. Viéndolo Jesús, se indigno, y les dijo: dejad a los niños venir a mi, y no se lo impidáis; por que de los tales es el reino de Dios. De cierto os digo, que el que no reciba el reino de Dios como un niño, no entrara en él. Y tomándolos en los brazos, poniendo las manos sobre ello, los bendecía. (Marcos 10: 13-16).

En Mayo 10 de 2006, la corte suprema de Colombia abolió todas las leyes de estado referentes al aborto prematuro y declaro que el asesinatos de bebes no natos, no era un acto criminal. Desde entonces, Colombia es un país promiscuo en abortos, los datos revelan que: una de cada 26 colombianas tiene un aborto inducido vs a cada una de 33 mujeres en América Latina, fuera de los datos no registrados, pues las estadísticas comentan que el 99.9% de los abortos son ilegales. Millones de bebes han sido abortados. Es calculado que en 1989 más de 288.395 fueron destruidos en esa forma, según los datos de Profamilia. Es difícil imaginar cuantos niños en realidad son 288.395. Y actualicemos la fecha,  encontramos que para el año 2006 y 2007 se llevaron a cabo 400.412 abortos inducidos, datos de Profamilia y Bienestar familiar. A 1098 niños les será quitada la vida. Cada hora, veinticuatro horas al día, en promedio, alrededor de estas vidas serán destruidas por doctores que no tienen escrúpulos acerca de matar, como profamilia que ofrece sus servicios legales, y por padres y madres que tienen tan poco amor natural en sus corazones, que están deseando destruir las vidas por las cuales ellos son responsables. Como regla general podemos decir, que ni siquiera los animales tratan a sus pequeños con tan despiadada crueldad.

Como ciudadanos de Colombia no podemos estar contentos que nuestros políticos no se preocupen por estos bebes asesinados. Como cristianos debemos de estar muy preocupados sobre lo que el Señor Jesús tendría que decir acerca de todo este asunto.

LA ACTITUD DEL SEÑOR JESÚS HACIA LOS NIÑOS

Es muy evidente en esta historia del Evangelio que acaba de ser leída a ustedes. Es una historia que es muy familiar a todos, porque la hemos oído leer muchas veces cuando los niños son bautizados en la iglesia. De esta historia aprendemos que
  1. Jesús pone un alto valor en los niños,
  2. Que Él ama a los niños, y
  3. Que el quiere bendecir a los niños.

Marcos nos dice: “Y le presentaban los niños para que los tocase. (Pero) los discípulos los reprendían a los que los presentaban”. Los discípulos no eran ateos. No podemos decir que odiaban a los niños o que no deseaban que estuvieran cerca. Pero evidentemente no creían que los niños eran tan importantes; al menos no lo suficientemente para ocupar el tiempo del Salvador. Muy probablemente estaban preocupados por Jesús. Sabían que estaba muy ocupado. Sabían que tenía que hacer trabajo importante. Sabían que algunas veces llego a estar muy cansado, porque mucha gente venia a oírlo predicar y pedir su ayuda en las enfermedades y problemas. Los discípulos no pensaron que el Señor deseara interrumpir ese importante trabajo, solo para sacar tiempo y tocar esos bebes.
Estos niños, algunos de ellos por lo menos, y quizás hasta todos ellos, eran bebes. Marcos dice que eran niños, y aunque no dice que tan pequeños eran, el solo hecho de que Jesús los tomo después en sus brazos, indica que eran muy pequeños. Lucas cuenta la misma historia en su Evangelio y dice que estos niños eran infantes. Y esto es especialmente significativo cuando hablamos sobre el aborto, porque la palabra griega que Lucas usa aquí, quiere decir un bebe muy pequeño o un bebe no nacido aun. Es la misma palabra que uso Elizabeth cuando dijo a la virgen María “Porque tan pronto como llego la voz de tu salutación a mis oídos, la criatura salto de alegría en mi vientre” (Lucas 1:44).

Aunque los discípulos no pensaron que estos bebes eran lo suficientemente importantes para dejarlos obstaculizar las muchas cosas importantes que Jesús tenía que hacer, el Señor no estuvo de acuerdo con ellos. Se nos ha dicho que cuando Jesús vio lo que los discípulos estaban haciendo, se indigno mucho y dijo: “Dejad a los niños venid a mi, y no se lo impidáis.” Es muy claro por esto, que los pequeños bebes son importantes para Jesús. Él puso un valor muy alto en ellos.
La gente que esta a favor del aborto –y es bastante triste que esto ocurra en muchas personas que se llaman cristianos--  dicen que ellos, también, ponen un alto valor a los bebes después de nacer; pero que antes de que nazcan, valen tanto como un tumor que crece en el cuerpo de la madre el cual puede ser extraído y arrojado lejos. Esta es una de las mentiras del diablo que aun muchos incrédulos no creen. De hecho, encuentro muy difícil ver como cualquier persona honesta puede decir que cree eso realmente.

Estos niños que fueron llevados a Jesús son llamados criaturas o infantes. Y si la Biblia usa esa misma palabra, para describir a Juan Bautista muchos meses antes que el naciera, ¿Creen ustedes que algún cristiano coherente, pudiera creer esa mentira del diablo? ¿Podríamos estar ante el Jesús que es descrito en nuestro texto, y decirle honestamente que creemos que la vida de un niño vale la pena salvarla después de que nace; pero que tres, seis o hasta nueve meses antes de que nazca, esta perfectamente bien matar a ese mismo niño? ¿Cuándo adquirimos la autoridad de determinar cuando es humano y cuando no? L Biblia dice que los niños son un regalo de Dios y que el fruto de las entrañas es el premio. Si creemos esto honestamente, entonces cada uno de nosotros como luteranos confesionales, cristianos que creemos que Dios nos habla en la Biblia, cada uno de nosotros tenemos que estar opuestos al aborto. Para nosotros esto no es una pregunta discutible. Como Jesús, pondremos un alto valor en los niños.

Jesús no solo demuestra por sus acciones que esos niños tienen un alto valor a su vista, sino que manifiesta muy claramente que los ama. Se nos ha dicho que los tomo en sus brazos. Los psicólogos infantiles nos dicen a menudo, lo importante que es que los bebes oigan la voz de sus padres en el vientre, que sean levantados y sostenidos en brazos de sus padres y abuelos, a fin de que ellos sepan que son amados aun antes de que podamos decírselo. Que Jesús los ama no es algo que sabemos por esta historia únicamente. Sabemos que Jesús ama a todos los hombres y mujeres; que amo lo bastante al mundo entero hasta sacrificar su vida, a fin de que el perdón y salvación pudieran ser ganados y comprados con su preciosa y santa sangre, para todos los hombres. Pero mientras es verdad que Jesús ama a todos los hombres, mientras es verdad que amo aun a los fariseos y a las personas que lo crucificaron, no obstante en los evangelios hay muchísimas historias en las cuales llega a ser claro que Jesús muestra su amor especialmente por los débiles e indefensos, los pobres y los necesitados, los que titubean, los lisiados y los ciegos. A los fariseos siempre les hablo muy severamente. De hecho, a los que eran orgullosos y santurrones y no querían su ayuda, a menudo los trato muy rigurosamente. Pero a los leprosos, que nadie se atrevía a tocar, Él los toco y curo. A los niños que los discípulos trataron de mantener alejados, los tomo en sus brazos. Por medio de esas acciones nos dio una ilustración definida de ese amor divino, del cual habla la Biblia tan frecuentemente cuando dice sobre la preocupación de Dios por las viudas y los huérfanos. Para aquellos que no tienen a nadie más quien los ame, Jesús hace manifiesto su amor especialmente.

 Eso seguramente es algo que debe hacernos detener y pensar en esos indefensos bebes, cuyas vidas están siendo destruidas de tan horrenda, cruel y despiadada manera. Para ellos, también Jesús ciertamente tiene un lugar especial en su corazón. Y si los amamos como el los ama, y como debemos hacerlo –porque la Biblia nos dice que Él nos ha dejado un ejemplo, que debemos seguir sus pasos—seguramente haremos todo lo que podamos para salvar las vidas de estos niños.

Los que están a favor del aborto afirman frecuentemente, que ellos están motivados por el amor a los niños no nacido aun. Uno de los argumentos usado a menudo, es que esta es una buena forma de impedir que niños deformados y defectuosos tengan una vida miserable. O que la mujer es dueña de su cuerpo. Los cristianos que son guiados por la Palabra de Dios, jamás podrán decir que demostramos nuestro amor por las personas matándolas. Jesús diría seguramente, que demostramos nuestro amor por estos niños tomándolos en nuestros brazos y cuidando de ellos. La actitud real detrás del aborto en muchos casos, es expresada por una escritora frustrada de la liberación femenina que escribió: “Tenemos que destruir el amor… el amor impide el total desarrollo del potencial humano de la mujer, dirigiendo todas sus energías hacia afuera en beneficio de otros.”

Algunas veces se afirma que debemos evitar a las madres involucradas la angustia mental de dar a luz un niño no deseado. Pero eso es otra mentira del diablo. Cualquiera que halla oído los sollozos y visto la angustia mental como lo vi de una pobre mujer o muchacha, que se dejo persuadir para un aborto, encontrara difícil imaginar una angustia mental mas grande que esa. Es probablemente mas seguro decir, que mas angustia mental es causada por abortos que por abortos evitados. Un embarazo no deseado puede traer angustia por meses y quizá años, pero un aborto frecuentemente trae toda una vida de arrepentimiento; y el único lugar donde puede encontrarse verdadero alivio para esa clase de angustia, es en la sangre del Señor Jesús que esta deseando perdonar aun este terrible pecado.

Queremos que nuestros bebes tengan también ese perdón. Jesús quiere que ellos lo tengan también. No solo puso un gran valor en los niños, no solo los amo, sino que también desea bendecirlos como Él solo puede bendecir. Los tomo en sus brazos y los bendecía, dice nuestro texto. La bendición que quiere darles se hizo evidente, cuando dijo: “de tales es el reino de los cielos.”

Por la Biblia sabemos de una manera únicamente en la cual los bebes pueden tener el reino de los cielos. El salvador dijo a Nicodemo: “El que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de los cielos” (Juan 3:5). Y esto es quizás lo más triste en toda la descripción del aborto. Muchos de ustedes como yo han visto cuadros de cuerpos de bebes abortados en las canecas de la basura de un hospital o aun en la calle o quebradas. Y si esa vista puede encogernos el corazón, esto es mucho peor: A estos niños no solo se les ha negado un nacimiento físico normal, no solo se les ha privado de una vida humana. Son asesinados deliberada e intencionalmente, sin la oportunidad de ser re-nacidos por medio del agua del santo bautismo.

Cuando hablamos de la santidad de la vida humana y de la actitud del Señor, nosotros, como cristianos, reconocemos que mientras la vida física es un gran regalo de Dios, esta es opacada por la vida espiritual que nos brinda las bendiciones de perdón y salvación, y nos da la seguridad de que viviremos en felicidad con Dios para siempre. Jesús quiere esto para los niños del mundo. Ciertamente nosotros también lo deseamos. Amen.

2 comentarios:

  1. María Asunción Cuyás Duch, muy importante tu sermón. En Jeremías 1:5 nos dice que Dios nos conoce antes de formarnos en el vientre materno. El Salmo 139:13-16 nos habla del papel activo de Dios en nuestra creación y formación en la matriz. Éxodo 21:22-25 prescribe el mismo castigo para alguien que cause la muerte de un bebé en el útero que para alguien que cometa un asesinato. Esto indica claramente que Dios considera a un bebé en la matriz del mismo modo que lo hace con un ser humano plenamente desarrollado como adulto. Para el cristiano, el aborto no es un asunto de elección de los derechos de la mujer. Es un asunto de la vida o la muerte de un ser humano hecho a la imagen de Dios. (Génesis 1:26-27; 9:6).Bendiciones.

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  2. Gracias por este sermon fue degran bendicion a mi vida.
    Feliz dia dela reforma

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