LA
ACTITUD DE JESÚS HACIA LOS NIÑOS
Y le presentaban niños para
que los tocase; y los discípulos reprendían a los que los presentaban. Viéndolo
Jesús, se indigno, y les dijo: dejad a los niños venir a mi, y no se lo
impidáis; por que de los tales es el reino de Dios. De cierto os digo, que el
que no reciba el reino de Dios como un niño, no entrara en él. Y tomándolos en
los brazos, poniendo las manos sobre ello, los bendecía. (Marcos 10: 13-16).
En Mayo 10 de 2006, la corte
suprema de Colombia abolió todas las leyes de estado referentes al aborto
prematuro y declaro que el asesinatos de bebes no natos, no era un acto
criminal. Desde entonces, Colombia es un país promiscuo en abortos, los datos
revelan que: una de cada 26 colombianas tiene un aborto inducido vs a cada una
de 33 mujeres en América Latina, fuera de los datos no registrados, pues las
estadísticas comentan que el 99.9% de los abortos son ilegales. Millones de
bebes han sido abortados. Es calculado que en 1989 más de 288.395 fueron
destruidos en esa forma, según los datos de Profamilia. Es difícil imaginar
cuantos niños en realidad son 288.395. Y actualicemos la fecha, encontramos que para el año 2006 y 2007 se
llevaron a cabo 400.412 abortos inducidos, datos de Profamilia y Bienestar
familiar. A 1098 niños les será quitada la vida. Cada hora, veinticuatro horas
al día, en promedio, alrededor de estas vidas serán destruidas por doctores que
no tienen escrúpulos acerca de matar, como profamilia que ofrece sus servicios
legales, y por padres y madres que tienen tan poco amor natural en sus
corazones, que están deseando destruir las vidas por las cuales ellos son
responsables. Como regla general podemos decir, que ni siquiera los animales
tratan a sus pequeños con tan despiadada crueldad.
Como ciudadanos de Colombia
no podemos estar contentos que nuestros políticos no se preocupen por estos
bebes asesinados. Como cristianos debemos de estar muy preocupados sobre lo que
el Señor Jesús tendría que decir acerca de todo este asunto.
LA
ACTITUD DEL SEÑOR JESÚS HACIA LOS NIÑOS
Es muy evidente en esta
historia del Evangelio que acaba de ser leída a ustedes. Es una historia que es
muy familiar a todos, porque la hemos oído leer muchas veces cuando los niños
son bautizados en la iglesia. De esta historia aprendemos que
- Jesús pone un alto valor en los niños,
- Que Él ama a los niños, y
- Que el quiere bendecir a los niños.
Marcos nos dice: “Y le
presentaban los niños para que los tocase. (Pero) los discípulos los reprendían
a los que los presentaban”. Los discípulos no eran ateos. No podemos decir que
odiaban a los niños o que no deseaban que estuvieran cerca. Pero evidentemente
no creían que los niños eran tan importantes; al menos no lo suficientemente
para ocupar el tiempo del Salvador. Muy probablemente estaban preocupados por
Jesús. Sabían que estaba muy ocupado. Sabían que tenía que hacer trabajo
importante. Sabían que algunas veces llego a estar muy cansado, porque mucha
gente venia a oírlo predicar y pedir su ayuda en las enfermedades y problemas.
Los discípulos no pensaron que el Señor deseara interrumpir ese importante
trabajo, solo para sacar tiempo y tocar esos bebes.
Estos niños, algunos de
ellos por lo menos, y quizás hasta todos ellos, eran bebes. Marcos dice que
eran niños, y aunque no dice que tan pequeños eran, el solo hecho de que Jesús
los tomo después en sus brazos, indica que eran muy pequeños. Lucas cuenta la
misma historia en su Evangelio y dice que estos niños eran infantes. Y esto es
especialmente significativo cuando hablamos sobre el aborto, porque la palabra
griega que Lucas usa aquí, quiere decir un bebe muy pequeño o un bebe no nacido
aun. Es la misma palabra que uso Elizabeth cuando dijo a la virgen María
“Porque tan pronto como llego la voz de tu salutación a mis oídos, la criatura
salto de alegría en mi vientre” (Lucas 1:44).
Aunque los discípulos no
pensaron que estos bebes eran lo suficientemente importantes para dejarlos
obstaculizar las muchas cosas importantes que Jesús tenía que hacer, el Señor
no estuvo de acuerdo con ellos. Se nos ha dicho que cuando Jesús vio lo que los
discípulos estaban haciendo, se indigno mucho y dijo: “Dejad a los niños venid
a mi, y no se lo impidáis.” Es muy claro por esto, que los pequeños bebes son
importantes para Jesús. Él puso un valor muy alto en ellos.
La gente que esta a favor
del aborto –y es bastante triste que esto ocurra en muchas personas que se
llaman cristianos-- dicen que ellos,
también, ponen un alto valor a los bebes después de nacer; pero que antes de
que nazcan, valen tanto como un tumor que crece en el cuerpo de la madre el
cual puede ser extraído y arrojado lejos. Esta es una de las mentiras del
diablo que aun muchos incrédulos no creen. De hecho, encuentro muy difícil ver
como cualquier persona honesta puede decir que cree eso realmente.
Estos niños que fueron
llevados a Jesús son llamados criaturas o infantes. Y si la Biblia usa esa
misma palabra, para describir a Juan Bautista muchos meses antes que el
naciera, ¿Creen ustedes que algún cristiano coherente, pudiera creer esa
mentira del diablo? ¿Podríamos estar ante el Jesús que es descrito en nuestro
texto, y decirle honestamente que creemos que la vida de un niño vale la pena
salvarla después de que nace; pero que tres, seis o hasta nueve meses antes de
que nazca, esta perfectamente bien matar a ese mismo niño? ¿Cuándo adquirimos
la autoridad de determinar cuando es humano y cuando no? L Biblia dice que los
niños son un regalo de Dios y que el fruto de las entrañas es el premio. Si
creemos esto honestamente, entonces cada uno de nosotros como luteranos
confesionales, cristianos que creemos que Dios nos habla en la Biblia, cada uno
de nosotros tenemos que estar opuestos al aborto. Para nosotros esto no es una
pregunta discutible. Como Jesús, pondremos un alto valor en los niños.
Jesús no solo demuestra por
sus acciones que esos niños tienen un alto valor a su vista, sino que
manifiesta muy claramente que los ama. Se nos ha dicho que los tomo en sus
brazos. Los psicólogos infantiles nos dicen a menudo, lo importante que es que
los bebes oigan la voz de sus padres en el vientre, que sean levantados y
sostenidos en brazos de sus padres y abuelos, a fin de que ellos sepan que son
amados aun antes de que podamos decírselo. Que Jesús los ama no es algo que
sabemos por esta historia únicamente. Sabemos que Jesús ama a todos los hombres
y mujeres; que amo lo bastante al mundo entero hasta sacrificar su vida, a fin
de que el perdón y salvación pudieran ser ganados y comprados con su preciosa y
santa sangre, para todos los hombres. Pero mientras es verdad que Jesús ama a
todos los hombres, mientras es verdad que amo aun a los fariseos y a las
personas que lo crucificaron, no obstante en los evangelios hay muchísimas
historias en las cuales llega a ser claro que Jesús muestra su amor
especialmente por los débiles e indefensos, los pobres y los necesitados, los
que titubean, los lisiados y los ciegos. A los fariseos siempre les hablo muy
severamente. De hecho, a los que eran orgullosos y santurrones y no querían su
ayuda, a menudo los trato muy rigurosamente. Pero a los leprosos, que nadie se
atrevía a tocar, Él los toco y curo. A los niños que los discípulos trataron de
mantener alejados, los tomo en sus brazos. Por medio de esas acciones nos dio
una ilustración definida de ese amor divino, del cual habla la Biblia tan
frecuentemente cuando dice sobre la preocupación de Dios por las viudas y los
huérfanos. Para aquellos que no tienen a nadie más quien los ame, Jesús hace
manifiesto su amor especialmente.
Eso seguramente es algo que debe hacernos
detener y pensar en esos indefensos bebes, cuyas vidas están siendo destruidas
de tan horrenda, cruel y despiadada manera. Para ellos, también Jesús
ciertamente tiene un lugar especial en su corazón. Y si los amamos como el los
ama, y como debemos hacerlo –porque la Biblia nos dice que Él nos ha dejado un
ejemplo, que debemos seguir sus pasos—seguramente haremos todo lo que podamos
para salvar las vidas de estos niños.
Los que están a favor del
aborto afirman frecuentemente, que ellos están motivados por el amor a los
niños no nacido aun. Uno de los argumentos usado a menudo, es que esta es una
buena forma de impedir que niños deformados y defectuosos tengan una vida
miserable. O que la mujer es dueña de su cuerpo. Los cristianos que son guiados
por la Palabra de Dios, jamás podrán decir que demostramos nuestro amor por las
personas matándolas. Jesús diría seguramente, que demostramos nuestro amor por
estos niños tomándolos en nuestros brazos y cuidando de ellos. La actitud real
detrás del aborto en muchos casos, es expresada por una escritora frustrada de
la liberación femenina que escribió: “Tenemos que destruir el amor… el amor
impide el total desarrollo del potencial humano de la mujer, dirigiendo todas
sus energías hacia afuera en beneficio de otros.”
Algunas veces se afirma que
debemos evitar a las madres involucradas la angustia mental de dar a luz un
niño no deseado. Pero eso es otra mentira del diablo. Cualquiera que halla oído
los sollozos y visto la angustia mental como lo vi de una pobre mujer o
muchacha, que se dejo persuadir para un aborto, encontrara difícil imaginar una
angustia mental mas grande que esa. Es probablemente mas seguro decir, que mas
angustia mental es causada por abortos que por abortos evitados. Un embarazo no
deseado puede traer angustia por meses y quizá años, pero un aborto
frecuentemente trae toda una vida de arrepentimiento; y el único lugar donde
puede encontrarse verdadero alivio para esa clase de angustia, es en la sangre
del Señor Jesús que esta deseando perdonar aun este terrible pecado.
Queremos que nuestros bebes
tengan también ese perdón. Jesús quiere que ellos lo tengan también. No solo
puso un gran valor en los niños, no solo los amo, sino que también desea
bendecirlos como Él solo puede bendecir. Los tomo en sus brazos y los bendecía,
dice nuestro texto. La bendición que quiere darles se hizo evidente, cuando
dijo: “de tales es el reino de los cielos.”
Por la Biblia sabemos de una
manera únicamente en la cual los bebes pueden tener el reino de los cielos. El
salvador dijo a Nicodemo: “El que no naciere de agua y del Espíritu, no puede
entrar en el reino de los cielos” (Juan 3:5). Y esto es quizás lo más triste en
toda la descripción del aborto. Muchos de ustedes como yo han visto cuadros de
cuerpos de bebes abortados en las canecas de la basura de un hospital o aun en
la calle o quebradas. Y si esa vista puede encogernos el corazón, esto es mucho
peor: A estos niños no solo se les ha negado un nacimiento físico normal, no
solo se les ha privado de una vida humana. Son asesinados deliberada e
intencionalmente, sin la oportunidad de ser re-nacidos por medio del agua del
santo bautismo.
Cuando hablamos de la
santidad de la vida humana y de la actitud del Señor, nosotros, como
cristianos, reconocemos que mientras la vida física es un gran regalo de Dios,
esta es opacada por la vida espiritual que nos brinda las bendiciones de perdón
y salvación, y nos da la seguridad de que viviremos en felicidad con Dios para
siempre. Jesús quiere esto para los niños del mundo. Ciertamente nosotros también
lo deseamos. Amen.
María Asunción Cuyás Duch, muy importante tu sermón. En Jeremías 1:5 nos dice que Dios nos conoce antes de formarnos en el vientre materno. El Salmo 139:13-16 nos habla del papel activo de Dios en nuestra creación y formación en la matriz. Éxodo 21:22-25 prescribe el mismo castigo para alguien que cause la muerte de un bebé en el útero que para alguien que cometa un asesinato. Esto indica claramente que Dios considera a un bebé en la matriz del mismo modo que lo hace con un ser humano plenamente desarrollado como adulto. Para el cristiano, el aborto no es un asunto de elección de los derechos de la mujer. Es un asunto de la vida o la muerte de un ser humano hecho a la imagen de Dios. (Génesis 1:26-27; 9:6).Bendiciones.
ResponderEliminarGracias por este sermon fue degran bendicion a mi vida.
ResponderEliminarFeliz dia dela reforma