viernes, 15 de junio de 2012

SOLO UNA COSA ES NECESARIA


Tema: SOLO UNA COSA ES NECESARIA.

Texto: Aconteció que, yendo de camino, entró en una aldea; y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa. Esta tenía una hermana que se llamaba María, la cual, sentándose a los pies de Jesús, oía su palabra. Marta, en cambio, se preocupaba con muchos quehaceres y, acercándose, dijo: -Señor, ¿no te da cuidado que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude. Respondiendo Jesús, le dijo: -Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas. Pero sólo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada.
 (Lucas 10:38-42).

En mi ciudad, Medellín, los domingos son días exclusivos para: ir al estadio, madrugar a la ciclovía, ir de descanso a los diferentes parques que hay en la ciudad, o ir a visitar a nuestros parientes. La lista es tan larga que el día no alcanzaría para hacer todas estas cosas. Y pongo de ejemplo este día porque es un día de descanso en nuestra ciudad. Los avances del llamado modernismo y el crecimiento de nuestra ciudad, se han convertido en un obstáculo para la predicación del evangelio. El hombre de la actualidad se está preocupando por dedicarle el mayor tiempo posible a suplir sus necesidades materiales y en pensar solamente en estar bien para disfrutar la vida.

Aquellos que no tienen el tiempo suficiente para dedicarlo a Dios, así como Marta, están olvidando que el tiempo es de Dios. Marta creyó que era más importante atender a Jesús que sentarse a escucharlo. En esos momentos ella no tenía claro qué era lo más importante para su vida. Eso mismo puede pasar con nosotros cuando tenemos que decidir entre el tiempo para Dios o el tiempo para nosotros. Les tengo una noticia. ¡El tiempo que le dedicamos a Dios es también un tiempo dedicado a nosotros!, porque con ese tiempo Dios está alimentando nuestra fe en Jesucristo Señor nuestro.

La Biblia nos enseña a aprovechar “bien el tiempo, porque los días son malos” (Efesios 5:16). Como creyentes, es muy importante que administremos nuestro tiempo para dedicarlo a Dios. Podemos dedicar tiempo predicando el evangelio a aquellos que no tiene tiempo para Dios. Este texto de Efesios es una advertencia que Dios nos hace para que no nos descuidemos porque el tiempo en esta vida es corto y realmente los tiempos son malos por culpa del pecado.

Marta quiso que Jesús reprendiera a María porque no le había ayudado a atenderlo a él. La intención de Jesús no era la de ser servido, sino la de servir, y el afán de Jesús era únicamente la predicación de su Palabra. Jesús sabía aprovechar muy bien su tiempo. Miremos este contraste del dueño del tiempo con nosotros pecadores. Jesús sabía muy bien cómo administrar el tiempo. Él nunca niega un segundo a nosotros sus hijos, siempre dedica el tiempo necesario para que tengamos unas vidas cristianas tranquilas y beneficiosas con el objetivo de que estemos a su lado por toda la eternidad. Cuando le oramos él nos escucha perfectamente.

¡El tiempo que le dedicamos a Dios es también un tiempo dedicado a nosotros! porque con ese tiempo Dios está alimentando nuestra fe en Jesucristo Señor nuestro.

El Espíritu Santo puso en María el deseo de dedicar tiempo para escuchar palabras de salvación. En estos momentos me estoy imaginando a María sentada a los pies de Jesús escuchando solamente aquello que es necesario para su vida.
Miro ese ejemplo y trato de traerlo a mi vida. Deseo que todo aquel que escuche este sermon también haga una reflexión en su vida cristiana y considere cuánto tiempo le está dedicando a Dios para escuchar solamente lo que es necesario para su vida.
Cuando queremos utilizar bien nuestro tiempo podemos pensar en un horario o en un plan de acción para el día. A veces nos complicamos escribiendo tantas cosas que después tal vez no las cumplimos y lo que hacemos es vivir afanados y turbados con tantas cosas, así como Marta. No hay nada mejor que empezar el día con una oración personal y meditar en un texto de la Biblia y pedirle a Dios que en ese día podamos predicarle a alguien la ley y el evangelio; y así compartir con los demás lo único que es necesario para nuestras vidas, a Cristo que nos regaló por medio de su sufrimiento, muerte y resurrección lo único que es necesario para nosotros, la salvación de nuestras almas. Dios espera que nosotros como sus hijos seamos luz mostrando lo único que es necesario para nuestras vidas, creer en Jesucristo como nuestro único Salvador que nos lleva al cielo por toda la eternidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario