martes, 24 de enero de 2012

DE LA IGLESIA Y EL PAPA

A. La Iglesia católica o universal, que es invisible, se compone del número completo de los elegidos que han sido, son y serán reunidos en uno, bajo Cristo la cabeza de ella; y es la esposa, el cuerpo, la plenitud de Aquel que llena todo en todo.

B. La iglesia visible, que también es católica o universal bajo el Evangelio (no está limitada a una nación como anteriormente en el tiempo de la ley), se compone de todos aquellos que en todo el mundo profesan la religión verdadera, juntamente con sus hijos, y es el reino del Señor Jesucristo, la casa y familia de Dios, fuera de la cual no hay posibilidad ordinaria de salvación.

C. A esta iglesia católica visible ha dado Cristo el ministerio, los oráculos y los sacramentos de Dios, para reunir y perfeccionar a los santos en esta vida y hasta el fin del mundo; y por su propia presencia y Espíritu, de acuerdo con su promesa, los hace eficientes para ello.

D. Esta iglesia católica ha sido más visible en unos tiempos que en otros. Y las iglesias específicas que son parte de ella son más puras o menos puras, de acuerdo como se enseñe y se abrace la doctrina del Evangelio, se administren los sacramentos y se celebre con mayor o menor pureza el culto público en ellas.

E. Las más puras iglesias bajo el cielo están expuestas tanto a la impureza como al error; y algunas han degenerado tanto que han llegado a ser, no iglesias de Cristo, sino sinagogas de Satanás. Sin embargo, siempre habrá una iglesia en la tierra para adorar a Dios conforme a su voluntad.

F. No hay otra cabeza de la iglesia sino el Señor Jesucristo; ni puede en ningún sentido el papa de Roma ser cabeza de ella; ya que es aquel anticristo, aquel hombre de pecado e hijo de perdición que se exalta en la iglesia contra Cristo y contra todo lo que se llama Dios.

Esto nos enseña:

1. Que el grado en el cual se hace visible la Iglesia varía.

2. Que debemos juzgar a cada iglesia en particular por su (a) doctrina y confesión, (b) adoración y (c) disciplina.

3. Que ninguna iglesia es completamente pura.

4. Que algunas iglesias se vuelven apostatas.

5. Que siempre habrá alguna manifestación visible de la verdadera Iglesia.

6. Que esta no puede ser la Iglesia Romana porque el papado es anti-cristiano.



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