¿QUÉ IMPORTANCIA TIENEN LAS CONFESIONES DE FE PARA LA IGLESIA LUTERANA? ¿POR QUÉ LAS CONFESIONES LUTERANAS SON TAN IMPORTANTES?
1) El que la Iglesia Evangélica Luterana sea una iglesia confesional en el sentido estricto de la palabra, y que deje de ser Iglesia de la Reforma Luterana tan pronto como deje de ser la Iglesia de las Confesiones Luteranas es un asunto que no se puede dudar... Uno podría llenar una página entera con las muchas expresiones de reproche que se han amontonado sobre nosotros desde los albores del pietismo... Y estamos obligados a oír este reproche en un grado mayor porque somos una iglesia confesional, una iglesia que toma en serio las Confesiones de los padres y que se atreve a obligar a sus pastores a seguir estas confesiones porque (quia) están en conformidad con la palabra de Dios.
2) Si uno contempla este desprecio que no tiene fin... entonces uno se pregunta si no son sobrehumanas las fuerzas que atacan a la Iglesia Luterana... Ahora se convierte en nuestro deber solemne no solo el entender la confesión que nos han llamado a defender, sino de una manera cada vez más profunda y más frecuente el de comprender precisamente lo que es la naturaleza de una verdadera confesión y cuáles son sus funciones en la iglesia.
3) ¿Qué mejor fuente de instrucción –con respecto a la naturaleza de la confesión de la iglesia– podemos encontrar que el Nuevo Testamento?... Las mismas palabras que corresponden a nuestro “confesar” (el latín confiteri, las palabras griegas homologein y exhomologeiszai), tienen varios significados distintos que, sin embargo, están básicamente relacionados: el confesar el pecado (1Jn. 1:9, Mt. 3:6, Sgt. 5:16), el confesar la fe (Mt. 10:32, Jn. 9:22; Ro. 10:9; 1Jn. 2:23, 4:2; Flp. 2:11; compare 2Co. 9:13; Heb. 3:1, 4:14) y el alabar a Dios (ej, Mt 11:25; Ro 14:11). En la iglesia los tres tipos de “confesar” van inseparablemente unidos, algo que se ve incluso en la historia.
4) (Por ejemplo) las Confesiones de San Agustín son alabanzas a Dios, pero también son confesiones de fe y confesiones del pecado que se encontraba en su vida. La Reforma comenzó como un movimiento penitencial y de acuerdo con su naturaleza más íntima fue en verdad esta clase de movimiento, un movimiento que se
preocupaba por el arrepentimiento y la justificación verdaderos de los pecadores. Por lo tanto, y solo debido a esto, pudo producir
confesiones de fe y cantar un nuevo cántico de alabanza a Dios en sus liturgias e himnos. Paul Gerhardt y los otros notables compositores de himnos de nuestra iglesia podían cantar la alabanza a Dios como ninguna otra generación (ej. Juan Sebastian Bach)... No es ninguna coincidencia de que al final del siglo diecisiete, cuando los hombres ya no tomaban en serio la doctrina de la fe, también hubo testimonio de la salida del confesionario de las iglesias luteranas y al mismo tiempo del silenciamiento de sus grandes himnos de alabanza y de acción de gracias.
5) La liturgia va precedida por la confesión de la fe... Después de todo, de acuerdo con el testimonio del Nuevo Testamento, ¿cómo tuvo su origen la confesión del credo de la iglesia de Cristo?... La formulación de los credos no comenzó debido a la iniciativa de los hombres, sino debido a la voluntad y a la obra del Señor de la iglesia. Fue Jesús mismo el que les preguntó a sus discípulos: “¿Quién dice la gente que soy yo, el hijo del hombre?” (Marcos 8:27), y luego persistió con la pregunta y pidió una respuesta que no era posible interpretar de otra manera... Debido a esta pregunta del capítulo 16:15 de Mateo, que se repitió de otra manera (Mt. 22:42), es Jesús mismo el que dio origen a la formación de los credos y que, por lo tanto, si uno quiere pensar de esta manera, es el fundador de la dogmática cristiana. Porque Pablo habla de esta manera: “de Jesucristo, que dio testimonio de la buena profesión delante de Poncio Pilato” (1Ti. 6:13).
6) Por lo tanto, la confesión de la iglesia es, en su naturaleza más profunda, una respuesta a una pregunta. Es la respuesta que la fe le da a la pregunta que se hace debido a la revelación de Jesucristo, la pregunta: ¿Quién es él? No es ningún otro, sino solo Jesús mismo el que nos hace la pregunta... Nadie puede escaparse de dar una respuesta a esta pregunta, sea cual sea la respuesta. Y las confesiones de la iglesia no intentan ser nada más que una respuesta a esa misma pregunta... “¿Quién soy yo?”
7) “Y ustedes, ¿quién dicen que soy?” [Marcos 8:29]. Esta es la pregunta que el Señor les hace a sus discípulos como un grupo. Y cuando Pedro expresa la convicción más profunda de su fe y dice “Tú eres el Cristo”, hablaba en nombre de todos. El mismo Pedro declaró, Juan 6:69: “Y nosotros hemos creído, y sabemos, que tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.” Esta es la segunda marca de una confesión verdadera de la iglesia. Siempre es una confesión de fe la que mora en el corazón de la persona en lo individual. Y, sin embargo, (note el “nosotros”), es la confesión de muchos, una
expresión del gran consenso de la iglesia. El Credo [“Yo creo”] de la confesión bautismal y el "[“creemos”] de los símbolos de los sínodos y los credos litúrgico antiguos, todos van juntos (ej. el constantemente reiterado “Creemos, enseñamos y confesamos” de la Fórmula de Concordia).
8) Una confesión que se entiende de esta manera tiene dos propósitos,... una doble función: para juntar y para separar... La iglesia se reúne alrededor de las Escrituras, pero alrededor de las Escrituras que se entienden correctamente... la confesión expone
el verdadero entendimiento de las Escrituras en contraste con el entendimiento que el hereje tiene de las mismas Escrituras... Reunir la verdadera iglesia y eliminar la herejía fue el objetivo de todos los grandes pronunciamientos doctrinales de la iglesia antigua tanto como los de la Reforma... Porque en este mundo donde el “padre de la mentira” procura engañar a los hombres, incluso la verdadera palabra de Dios se puede interpretar falsamente.
9) Debemos darnos cuenta de que es solo la norma normata [las Confesiones Luteranas, “la norma que se norma”] confesional la que muestra el debido respeto a la norma normans [“la norma que regula”] de las Sagradas Escrituras.. Toda la experiencia de la historia de la iglesia moderna demuestra que tan pronto como se debilita la autoridad de las Confesiones como la verdadera interpretación de la Escritura, la norma normans de las Escrituras también queda derrocada... Aquí se encuentra la razón básica por la que la Iglesia Luterana requiere que sus ministros se comprometan a la confesión porque [quia] “se ha tomado de la palabra de Dios y se basa bien firmemente sobre ella” (FC DS Resumen Detallado III {véase Mélendez “Prefacio” párrafo 3, p 3}) y no solamente en cuanto [quatenus] estén de acuerdo con las Escrituras, como es de costumbre en las iglesias reformadas. La quia presupone una fe firme en la Sagrada Escritura.
10) Es así que la confesión no solo une a la generación actual, sino también a la iglesia ortodoxa de todos los tiempos. No solo estamos unidos en la comunión de la iglesia y en el consenso de la verdadera fe con los que viven hoy, sino también con los que han confesado la fe antes que nosotros y con los que lo harán después de nosotros, con todos los creyentes desde el comienzo de la iglesia hasta el día final, desde los confesores de la ecclesia militans {iglesia militante} en la tierra hasta los que están en el cielo y que glorifican a Cristo con una confesión que ahora se ha convertido puramente en una alabanza a Dios.
11) (Hay) una característica final que la confesión luterana tiene en común con la del Nuevo Testamento. Esta es su calidad escatológica: "En la presencia de Dios y de toda la cristiandad, entre nuestros contemporáneos y nuestra posteridad, deseamos testificar que la presente explicación de los artículos ya controvertidos y aquí explicados, y ningún otro, es nuestra enseñanza, nuestra creencia y nuestra confesión mediante la cual, por la gracia de Dios, apareceremos con corazones intrépidos ante el tribunal de nuestro Señor Jesucristo y por la cual daremos cuenta" [FC DS Conclusión 40].
12. ¿Es esto algo que brota de la falsa seguridad de una ortodoxia arrogante? ¿Es que aquí nos encontramos frente a un luteranismo
decadente que ha sobrepasado la humildad de la Reforma? ¡No! Lo que habla aquí no es la securitas {seguridad} falsa de la confianza
humana, sino la certitudo {certeza} de una fe dada por Dios... Ahora con una alegría y vigor renovados confesemos nuestra propia fe, así como lo hicieron nuestros padres luteranos. No nos avergoncemos de ser una Iglesia Luterana confesional... Porque para nosotros ser fieles a la confesión no significa otra cosa que ser
fieles a la palabra de Dios".
Hermann Sasse, resumen de
"Con respecto a la naturaleza de la confesión de la iglesia"
(El Camino solitario, Vol. 1).
31 de diciembre de 1948.
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